Hoy me siento a escribir sin un tema concreto... Simplemente necesito estar con migo misma, expresando lo que siento. Para poder liberarme de una gran presión que noto en mi pecho y en mi cuello.
Hace poco tiempo que estoy prestando atención a las manifestaciones en mi cuerpo de mis sentimientos. Y al hacerlo, me doy cuenta de que constantemente intento esconder una parte de mi que incluso yo apenas conozco.
Todo comenzó hará casi dos meses cuando un buen día decidí probar a no fumar. Llevaba mucho tiempo queriendo dejar este vicio y no podía. Estaba muy enganchada, y fumaba muchísimo.
No le dije a mi familia mi intención de dejarlo, pues ni yo misma me creía capaz de hacerlo.
Coincidía ese día con un curso de formación que estoy haciendo: danza integral. Y al llegar al curso, y tomar contacto con mi grupo, me vine abajo. Fue en ese momento que me sentí más incapaz que nunca de dejar de fumar.... Y el grupo me acogió y pude sentirme con fuerzas para estar unas horas más sin fumar.
Entonces, cual fue mi sorpresa, que aquel día el trabajo que íbamos a hacer en danza era acerca del Vínculo!
Al darme cuenta de esta "causa-lidad", decidí centrar mi atención en averiguar qué me vinculaba a mi al tabaco. ¿Para qué necesitaba yo una cortina de humo? ¿Qué estaba tapando? ¿Qué necesitaba llenar con el humo de mis cigarrillos?
Y la respuesta que encontré fue que en mi vida siento una gran insatisfacción en todo o casi todo.
¿Y cuando siento esta insatisfacción cómo se muestra en mi cuerpo? Con una gran presión en pecho y cuello.
Así es como yo la siento. Y así es también que al leer algo acerca de Bioenergética todo lo que ésta describe como claros desajustes de energía coinciden con los síntomas que yo padezco.
Y así es como también todo encaja con mi última Constelación. Mi incapacidad de tomar la vida, de apertura de corazón, y de inspirar. Así como también mi dificultad para dar, expresar y expirar.
Bloqueado y escondido, mi corazón tras la cortina de humo, inadvertía la ausencia de amor, la falta de satisfacción, el contacto con la realidad, el enraizacimiento con madre tierra. Así mi mente huía a lugares de fantasía, en realidad virtual, escapando de lo real.
Por eso, cuando lo real no sigue a lo irreal, a lo "ideal" de la mente, aparece el descontrol, y con él el desequilibrio, la ansiedad, el enfado, la insatisfacción.
Solo quitando la cortina de humo, y prestando atención a lo que mi cuerpo muestra, puedo ver con claridad lo que me pasa, aunque sea doloroso. Y al verlo, me libero. Es importante darse el lugar y el tiempo necesario, así como también poder sacar hacia afuera lo que uno siente. Para así poder equilibrarse y seguir adelante.
Hubo un momento que creí volverme loca. Que pensaba que se me iba la cabeza. Pues para no mirar esto, me voy y me aferro al control imaginario. Y cuando la realidad me tira hacia tierra, y siento el descontrol me voy abajo y me derrumbo.
Es muy duro verse y aceptarse. Y a la vez es muy liberador. El proceso no es fácil y todavía estoy sumergida en este trabajo duro y precioso.
lunes, 7 de julio de 2014
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