Recientemente he leído un libro muy interesante: "La comunicacion no verbal" de Flora Davis.
Cuando hace tiempo
comencé a leer y a realizar cursos de crecimiento personal, ya aprendí muchas
cosas de las que habla este libro, como que el cuerpo es sabio. Que nos cuenta
cosas, que se manifiesta. Que sabe más que la mente. Que prestándole atención
puedo averiguar cosas sobre mi, y mi necesidad.
Que mi cuerpo,
refleja lo que soy, lo que siento. Que se va “haciendo” según vivo, siento y
pienso. Modificándose así mi aspecto físico en función de ello.
Pero lo que no
sabía, y me ha fascinado, es que el cuerpo no solo me habla a mi. Si no que
también habla con otros cuerpos.
Me llamó mucho la
atención el caso de una familia en la que cuando un miembro realizaba una
acción que a otro le molestaba, éste realizaba un gesto espontáneo y el primer miembro corregía la acción. Sin mediar palabra,
¡los cuerpos se comunicaban y se entendían!
Y todo esto, a nivel inconsciente, pues no nos damos cuenta que esa
comunicación corporal existe continuamente en nuestra vida.
La existencia de
ese “código” corporal entre las personas me maravilla.
Parece ser que nos
comunicamos en la misma forma que los animales, y que además existe lo que
llaman un “vocabulario facial” .
Usamos ese código
corporal todo el tiempo: para poner límites, para demostrar amor, rechazo, …,
para darnos el turno en una conversación, para cumplir con lo que se espera de
nosotros, …
Los movimientos que
hacen nuestros ojos mientras conversamos con otros, envían “señales” a los
otros ojos. Es un código ocular que marca el turno para hablar.
Ese código corporal
está basado en gestos, a los que los investigadores pretenden dar un
significado. Al fin y al cabo, los
gestos son la expresión de lo que siento. Muestran y escenifican
emociones. Por eso, los actores estudian
expresión corporal.
No sabía de la
existencia de investigaciones acerca de la comunicación no verbal, y de las
múltiples técnicas que usan para llevar a cabo estas investigaciones.
La “cinesis” por
ejemplo, me parece un trabajo fascinante a la par que latoso. Debe resultar muy
costoso aprender el significado de los gestos visualizando a cámara lenta a
personas conversando. Pues hay gestos que unas veces significan una cosa y
otras no.
El significado de
los gestos siempre debe buscase dentro del contexto general.
En la comunicación
no verbal, además de los gestos, los sentidos tienen un papel fundamental. Pues
es a través de ellos, que recibimos los mensajes externos.
Me ha sorprendido
la potente influencia que tiene sobre nosotros lo visual. Lo que es capaz de
hacernos sentir, pensar, opinar, alejarnos, o acercarnos a cosas o personas, en
función de lo que recibimos visualmente.
Parece ser que si veo una persona con sus pupilas dilatadas, ésta me agrada más que otra con las pupilas sin
dilatar.
Y los niños, son
extremadamente sensibles a los mensajes faciales. Les impacta más ver una cara
seria, que las palabras escuchadas.
Me asusta un poco
la idea de un posible “manejo” de mi
pensar, a través de mensajes subliminales en la televisión. Si es posible esto, puede que todo lo que
creo no sea más que lo que quieren que crea. Y seguramente será así.
Podemos leer el
rostro de una persona aun sin mirar sus ojos, pero cuando los ojos se
encuentran, no solo sabremos qué siente el otro, sino que él sabrá qué siento
yo.
La piel es la
envoltura que nos contacta con el mundo exterior. Comenzamos a explorar ese mundo mediante el
tacto, ya desde el vientre materno. Es
el sentido que más me acerca al otro. Al
tocarnos, estamos en límite de sentirnos por dentro.
Cuando conversamos
con otro, el código corporal hace que exista una “sincronía interaccional”, que
no es otra cosa que “ritmos compartidos”, es decir, perfectamente se cuándo
debo intervenir o callar. Y de esta forma, sincrónicamente, la conversación
fluye basada en ritmos marcados inconscientemente. Es como una danza creada entre mi ritmo y el
del otro, formando un único ritmo perfecto.
Existe mucha
relación entre la danza y los movimientos comunes de la vida diaria. Al fin y al cabo, danza es movimiento.
Ahora entiendo
porqué la danza sirve de terapia en casos de baja autoestima y problemas con el
contacto. Si tengo baja autoestima, mi relación con los demás se ve afectada
negativamente. Con lo cual, al practicar
la danza, me ayudo a expresarme mejor, por lo tanto voy a recibir mejor, y a
contactar mejor, … Con lo que mejoro mis relaciones interpersonales. Esto hará que mi autoestima mejore también.
Si la comunicación
no verbal se basa en gestos (movimientos), es lógico que si practico danza
(movimientos) la comunicación con los demás mejorará.
Es cierto, que como
dice el libro, hoy en día tenemos más interés por la comunicación no verbal, y
que es debido a nuestra necesidad de conocernos, de ponernos en contacto con
nuestras emociones. Que estamos aprendiendo a darle al cuerpo el lugar que le
corresponde. A escucharlo. A que sea
nuestro referente a la hora de mirarnos por dentro: primero mirar por fuera
para llegar a ver lo de dentro.
Pues es verdad que las emociones se reflejan en nuestro
cuerpo.
Un ejemplo muy
claro es cuando estamos enamorados: irradiamos felicidad, y parecemos más
guapos. Aunque la mayoría de las veces no nos demos ni cuenta de ello.
Y si estamos
preocupados, nuestro cuerpo también lo manifiesta: fruncimos el ceño, nos
rascamos, nos movemos nerviosos, ….
Mi conclusión,
después de leer este libro, es que, la
base de las comunicaciones humanas está en un nivel inconsciente. Y que son
más importantes los gestos (movimientos corporales) que las palabras.
Que las palabras
son importantes, pero relativamente. Pues sin tener conciencia de ello, nos
estamos comunicando todo el rato sin palabras.
Esto es precioso. Y
a la vez, al tomar conciencia de ello, también asusta un poco. Pues la
tendencia que solemos tener a “controlar” todo, y a ocultar nuestra intimidad,
como método de seguridad, se ve amenazada.
Es maravilloso que
seamos capaces de entendernos de esta forma.
Somos seres multisensoriales, recibiendo y enviando todo el rato
información de la que no tenemos ni idea a nivel consciente.
“La comunicación humana es
extremadamente compleja —no tiene reglas fijas y simples— y en ausencia de
tales reglas, sé que yo, como tantas otras personas, tendré una tendencia a ver
solamente lo que quiero ver y prestar atención a lo que considero conveniente
saber.”
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