domingo, 12 de febrero de 2012

UN PASO ATRAS

A veces hay que dar un par atrás para seguir avanzando.
Cuando estamos aprendiendo a vernos, y nos caemos y nos levantamos un millón de veces, nos derrumbamos, tomamos conciencia, aceptamos lo que somos, ... y seguimos avanzando,...  Nos puede ocurrir, que casi sin darnos cuenta, hemos dado un paso atrás.
Y nos preguntamos: ¿Cómo estoy otra vez aquí? si yo, ya me había visto.., había comprendido.., había crecido un poquito.., me había quitado un gran peso de encima..., era como una nueva persona, con más conocimiento, más visión, ... ¿Cómo vuelvo a repetir los mismos mecanismos una y otra vez? ¿Cómo vuelvo a estar atrás otra vez??


Pues es muy sencillo: mi EGO se empeña en "olvidar" la lección aprendida. Se obceca en seguir "actuando" como lo había hecho hasta el momento en que le dijiste NO. Es un cabezudo, y no va a aceptar un NO por respuesta. Te camela sutilmente, y poco a poco, vuelves a caer en su dominio.

Si me pasa esto: lo primero no asustarse, ni tirar la toalla. El camino del aprendizaje no es fácil, y requiere constancia y perseverancia. Y el EGO nos empujará a la pereza y al olvido, para continuar con sus mecanismos. Una vez que nos hemos DADO CUENTA de que estamos otra vez atrás, ya hemos dicho "stop" al ego. Le decimos que no vamos a retroceder más.  Entonces, repasamos mentalmente todo lo aprendido y vemos qué estamos haciendo... ¡Pues ya está! ahora podemos volver a avanzar en nuestro camino, y lo que es mejor, con más fuerza y convicción que antes, pues hemos comprobado lo fuerte que es el ego y no nos vamos a dejar dominar.

En mi camino, he retrocedido muchas veces, y aunque fastidia un poco, lo importante es darme cuenta y seguir avanzando.
Apoyarse en los demás es lo que necesitamos en estos casos. Porque yo me doy cuenta, y solo yo puedo decir No al ego y seguir avanzando, pero si además de mi voluntad, tengo personas en las que apoyarme, mi continuidad va a ser más fácil y enriquecedora.  Comprobaré que las cosas malas no solo me ocurren a mi, y que 100 manos soportan mejor un peso que una sola mano.

Así que fuerza, constancia y compartir con los demás nuestros momentos de retrocesión es la clave para seguir avanzando.

miércoles, 1 de febrero de 2012

SOSTENERSE

Ante una situación que nos incomoda, entristece, o nos enfurece..., tendemos a hacer dos cosas: o bien nos derrumbamos, sacamos nuestro enfado, y/o estamos atacados de los nervios..., o bien reprimimos nuestras emociones diciéndonos a nosotros mismos que "esto no puede conmigo", "tengo que ser fuerte", y/o "no me afecta".

Ninguna de las dos opciones es la más adecuada.
Pues en la primera, nos estamos dejando "dominar" por nuestra "visión" de la situación que nos molesta. Seguramente generada por hechos que ocurrieron en el pasado, o por la expectativa creada hacia el futuro.
El miedo, la culpa, el enfado,.., la tristeza.., Son emociones que nacen por un pensamiento que nos acerca a lo que nos ocurrió o a lo que nos puede ocurrir.

Si me dejo llevar por todas esas emociones, mi ego estará dominando mi realidad. Caeré en mis RDR (Reacciones Desproporcionadas Repetitivas), y quedaré enganchada en ese bucle de ansiedad que me aleja de la realidad.

En la segunda, nos estamos "negando" nuestras emociones. Las tapamos, nos engañamos, las ocultamos en nuestro interior, generando más rabia, más tristeza, ..., y que algún día, se hará manifiesta en ti y en tu cuerpo, en forma de depresión, enfermedad, locura...  Será como el volcán que estalla de la forma más inesperada.

Lo importante en estos casos, es qué hago yo con mis emociones. Primero, DARME CUENTA de cómo estoy, qué estoy sintiendo, y tomar conciencia de la REALIDAD. Hoy no estoy allí y entonces, y tampoco estoy allá en el futuro. Y una vez que soy consciente de cómo estoy, observo la realidad, y elijo vivirla de la mejor manera para mi y los demás.


Solo reconociendo cómo estoy y qué estoy sintiendo, puedo afrontar la situación desde mi madurez, acogiendo mi tristeza, rabia, o enfado, acunándome, aceptándome, y entonces actuar de la mejor forma posible: con valor, con serenidad, con optimismo, con determinación, ...Resiliencia para seguir avanzando en tu camino.

De esta forma me SOSTENGO ante la situación, no me derrumbo porque soy consciente de lo que me ocurre, y tomo las riendas de mi vida sin dejarme dominar por mi ego.


 Solo entonces puedo ver "soluciones" para el problema, sonreir ante las dificultades, tomar valor y fuerza de mi interior, y caminar...

Aprender a sostenerse, lleva su tiempo, y no es tarea fácil, pero todo es comenzar... Y practicar..

lunes, 23 de enero de 2012

TOMAR UNA ELECCIÓN

A veces nos encontramos en medio de dos caminos, y nos invade la duda, el temor a equivocarnos, arrepentirnos luego de lo un día elegimos... Y por eso, muchas veces, nos quedamos "paralizados", evitando tomar una decisión.
Una vez, hace mucho tiempo, mi amiga y maestra Mª Carmen Nasarre, me contó un cuento acerca de esto:
Caminaba por el bosque una muchacha, y llegó a un cruce de caminos. Se quedó pensando en qué camino tomar.... Y no se decidía... Pasaron las horas, se hizo de noche, y se quedó durmiendo en medio del cruce. Al despertar, vio que había perdido un día entero, y se impacientó, se puso nerviosa... pero no conseguía elegir qué camino tomar....  
 Así la muchacha, siguió con sus dudas de qué camino tomar.... Y terminó el día exactamente igual que el anterior. Sin elegir un camino. Y pasaron los días, ... semanas, ... meses... y años... Y no conseguía decidirse. Tenía miedo de equivocarse y no quería arriesgarse a dejar algo bueno sin descubrir....
Una mañana, se miro sus manos, y vio que tenían arrugas, y su reflejo en el agua le mostró a una viejita.  Había pasado su vida parada en el mismo lugar, sin avanzar, por miedo a equivocarse... 
Y vio llegar de uno de los caminos a un grupo de gente, y les preguntó de dónde venían, y cómo era el lugar del que habían partido. La gente le respondió que allá donde estaban había un pueblo muy bonito, con grandes montañas, y un precioso lago. Que la gente del lugar era muy amable y bondadosa. Y la viejita les preguntó si habían sido felices allá, y que si era así porqué motivo volvían.  La gente les dijo que habían sido muy felices, y que simplemente volvían para explorar nuevos mundos. 
Casi estaba a punto de tomar esa dirección, cuando vio llegar del otro camino a un señor. Y le preguntó lo mismo que a la gente del anterior camino. El señor le contó que el lugar de donde venía era un lugar precioso, con una magnífica playa, con personas muy alegres y trabajadoras. Y que él había sido muy feliz allá. Que regresaba para descubrir otros pueblos y gentes. 
La viejita entonces, se dio cuenta... 
Allá donde vayamos, seremos felices, pues la felicidad no depende del lugar, si no de mi capacidad para ver belleza y amor. Para disfrutar de lo que la vida me ofrece.... Y en cualquier caso, siempre puedo volver, cambiar de camino, descubrir otros destinos....
Más si me quedo quieta, por miedo a equivocarme, no vivo, no descubro, no me doy el derecho a ser feliz, a equivocarme, a aprender, a vivir.

Yo que soy una experta en quedarme quieta, evitando tomar decisiones, me doy cuenta del tiempo perdido, del vacío que queda por no elegir. De la muerte interior por mi miedo al error.

Así que hoy, me doy el derecho a equivocarme, y a sufrir, pero no morir. Tomando decisiones sola, responsabilizándome de mis victorias y mis errores.
Ya no espero que venga una estrella en el cielo y me muestre y elija el camino de mi vida. Pues la estrella la llevo dentro, es cuestión de confiar en mis adentros, mi instinto es muy listo, me habla mediante "sensaciones" en mi cuerpo....

Cuando elegimos sin mirar el camino no elegido, nos liberamos. Salimos del enganche de la duda, del parálisis vibracional. Y nuestra energía vuelve a fluir, igual que nuestra vida.

Un simple ejercicio que aprendí el otro día, consiste en lo siguiente: Sitúate en frente de 2 personas. Una en cada extremo, quietas, mirándote y sin hablar. Mentalmente elige para cada persona uno de los caminos a elegir en tu vida. Y permanece quieta, sin pensar. Date tu tiempo, y deja que tu cuerpo te hable. Y sin pensar, sigue el instinto de tu cuerpo y avanza lentamente hacia la persona que elija tu cuerpo, tus sensaciones, y emociones.
 Que tu miedo no paralice tu vida.
 

jueves, 12 de enero de 2012

EL PODER DE LA MENTE

Qué asombro es el poder de la mente, que es capaz de provocar y hacer real aquello que uno piensa y anhela.

Cuando uno está plenamente convencido de algo, de que "tiene" que ser así y no de otra forma, al final llega a ser realidad.
Nuestra mente, esconde una energía que todavía no conocemos del todo. Y que es capaz de hacer que el cuerpo se manifieste de una forma concreta u otra. El caso de medicamentos placebo lo constata. Personas que tienen FE en una pastilla y que automáticamente hacen desaparecer su dolencia. Lo mismo ocurre con las religiones, que con tu simple y poderosa FE, te levantas, te curas, alcanzas, ...
También sabemos que existen por ejemplo los embarazos psicológicos, que hacen que el cuerpo reaccione ante una creencia mental, haciendo tener verdaderas nauseas y ausencia de periodo.

Si probamos a cerrar los ojos, y nos imaginamos chupando un limón, automáticamente haremos reaccionar nuestro cuerpo, y nuestra boca salivará.

Si esto es así con nuestro cuerpo, no podemos descartar que no lo sea con lo demás. He visto como personas, y yo misma, en alguna ocasión, al desear algo y estar convencidas de que así sería tarde o temprano, cumplían su deseo.
Más no debemos olvidar que existe una gran trampa mental, creada por nuestro ego, que es el MIEDO. Y que cuando aparece, hace que toda la fuerza energética que uno ponía en conseguir algo, se desvanezca.
El miedo nos paraliza, y emite una energía contraria a la FE.


Así que la clave está en tener FE, y confiar. Lanzar al universo tu deseo, y dejarlo en sus manos.
Si dudas, ya no vale.

Convéncete de que así será, y que si así no fuera, siempre sería por tu bien, que siempre ganarás. Pues el universo que todo lo crea es sabio.


Os recomiendo un libro fantástico, que en alguna ocasión ya he mencionado: EL PODER DE LA INTENCION de Wayne W. Dyer.

jueves, 22 de diciembre de 2011

RESILIENCIA

En estos días de Navidad, me gustaría regalaros a tod@s un poco de RESILIENCIA. 

Para los que no sepáis su significado, os pongo aquí unas breves definiciones:

  La resiliencia es la capacidad que posee un individuo frente a las adversidades, para mantenerse en pie de lucha, con dosis de perseverancia, tenacidad, actitud positiva y acciones, que permiten avanzar en contra de la corriente y superarlas.
E. Chávez y E. Yturralde (2006)

Capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas e inclusive, ser transformados por ellas.
Grotberg (1995)

Podría decirse que la resiliencia es la entereza más allá de la resistencia. Es la capacidad de sobreponerse a un estímulo adverso.

Todos, en nuestro interior, poseemos resiliencia, en mayor o menor grado. Solo tenemos que tomarla, y ponerla en práctica.  

Agarrarnos a "algo" que nos mantenga de pie, como la fe, nos ayudará a sacar nuestra resiliencia y sobreponernos ante las adversidades externas.


La fuerza, la luz, siempre está EN NOSOTROS, y no en el exterior. Confiar en nosotros mismos, en nuestra intuición, y reconocer que somos pura esencia, nacidos todos de la energía más grande, del puro AMOR, la que no tiene límites y es abundante, es la clave para darte cuenta de que todo es posible, de que no existen las casualidades si no la causa-lidad, de que te mereces todo lo bueno por el simple hecho de SER.
Que no tienes que buscar "fuera" porque tu tienes la capacidad de hacer y conseguir lo que quieras.

Que aunque uno reciba un tortazo, siempre habrá algo positivo en ello. 

La vida es riesgo, y sin riesgo no hay vida.  No querer "sufrir", evitando para ello "hacer" algo, nos paraliza, y no vivimos.  
La felicidad siempre tiene un precio, y a veces, no queremos perder nada, y preferimos quedarnos como estamos. La actitud de víctima, ya la conocemos, y con ella recibimos atención. Si dejamos de estar allí, ¿donde estaremos? Si no te arriesgas, nunca lo sabrás.

Os propongo superar el miedo. Aceptar y tomar lo que HAY en nuestra vida, y con ello, seguir avanzando, y viviendo.  "Esto es lo que hay en mi vida, esta es mi familia, este es mi país, est@ soy YO" 
Y a partir de ahí, con resiliencia, y amor, estamos por fin VIVIENDONOS. Con los ojos abiertos. En el aquí y ahora.



Para terminar, os copio un pequeño fragmento de una página que he encontrado y que me parece de gran sabiduría:

Valorar las pequeñas cosas:

- Pececillo, ¿dónde vas tan deprisa?
- Estoy buscando el mar.
- Pero el mas es esto, aquí, donde tu estás.
- No puede ser. Esto no es más que agua.

Y el pececillo siguió nadando a toda velocidad.

Muchos de nosotros funcionamos a menudo como ese pececillo, que busca lejos algo mágico y grande que le aporte felicidad, sin darse cuenta de que lo que tanto anhela se halla simplemente ante sus ojos.

La facultad de ver el mar en esta “simple agua” que nos envuelve no es una habilidad reservada sólo a cerebros privilegiados, al contrario. Conseguirlo requiere, simplemente, que estemos atentos para rescatar, de cada día, pequeños y maravillosos momentos por los que estar agradecidos.
http://www.resiliencia.org/

miércoles, 21 de diciembre de 2011

MI RABIA

En estos momentos de mi vida siento una tremenda rabia interior. Siento como está dentro, y cómo lucha por salir y mostrar su cara. Desconozco el motivo, aunque una pequeña intuición me habla de las cosas que he visto recientemente...

Hoy, identifico mi rabia, que se me muestra en mezcla de nerviosismo y ansiedad. De enfado, impotencia y necesidad de gritar...
Yo, que dejé de gritar hace mucho tiempo....  Me doy cuenta de que, hoy, ahora, necesito GRITAR, para expulsar todo lo que llevo contenido dentro.

Siempre quise evitar enfadarme, gritar y discutir, y hoy, sin saber cómo ni por qué, puedo sentirme en ese lado de la moneda. Esa parte oscura que todos llevamos dentro y tratamos de ocultar. Es un fuerza que me empuja con tremenda determinación.

Y ¿cómo soltar mi rabia sin herir a los demás?  Pues.... buscando un lugar de soledad, en el que pueda estallar sin salpicar nadie.

Y ¿qué pasa si lo necesito AHORA? ¿Y justo ahora estoy rodeada de personas que no tienen la culpa de mi necesidad?  Pues.... que intento RESPIRAR para que no me explote el corazón por dentro.

Hoy, reconozco que mi parte dormida, ya no está durmiendo.... Está ansiosa por mostrar su cara, y forma parte de mi y de mi vida.

Y sinceramente.... hay algo en este sentir.... que me gusta!  Aunque no consigo identificar el qué....

miércoles, 7 de diciembre de 2011

¿Y TU QUÉ ERES?

Recientemente aprendí que las personas podemos ser VISUALES, AUDITIVAS o CINESTÁTICAS.
Dependiendo que cómo seamos, al recibir una información del exterior, la comprenderemos más y mejor en función del modo en que la recibamos.
Es decir, si somos visuales, nos quedaremos más con las cosas que vemos o leemos, y menos con las palabras escuchadas.
Por contra, si eres auditiva, necesitarás que te "digan" las cosas, más que verlas.

Conocer cómo somos, nos facilita la comunicación con las demás personas. Así pues, en una pareja, si ella es auditiva y él visual, cada uno necesita recibir la información de una manera. Ella querrá que él "le diga" que la ama. Y él, se conformará con "verla" cada día a su lado.
Si ella le dice a él lo que necesita o quiere, mejor que se lo diga por escrito (con un mensajito por el móvil basta), para que a él no se le olvide.

Si eres cinestática, necesitas recibir la información con "movimiento". Así que mejor que tu interlocutor te hable gesticulando, señalando, .. hablando con acción.

Para saber qué tipo somos, basta con que te fijes cómo emites tu mism@ tu información. ¿Hablas mucho? ¿Qué gestos haces? ¿qué frases sueles decir?
Un ejemplo. Tenemos algo importante que contar a alguien:
              Si dices "escucha, escucha!! tengo una noticia...." eres auditivo.
              Si dices "ya verás que noticia!!..." eres visual
              Y si dices ""voy a contarte una cosa..."  eres cinestático

También puedes intentar recordar situaciones vividas, y fijarte en qué tipo de imágenes o frases vienen a tu cabeza. ¿Recuerdas con más facilidad las palabras que te dijeron o dijiste?, ¿te ves "haciendo" algo?,  ¿o son sólo imágenes?

Conocernos, nos ayudará a relacionarnos mejor con los demás. Yo desde que descubrí que soy auditiva y mi pareja visual, ya no le exijo que me "diga" todo lo que quiero oír. Y si quiero que se entere bien de lo que le cuento, le mando un mensajito, y listo!

Y tú, ¿qué eres?

miércoles, 30 de noviembre de 2011

POLARIDADES

Al integrar en mi vida mi polaridad rechazada, la Madrastra, y convivir con ella junto con mi otra polaridad, Blanca Nieves, me doy cuenta de cantidad de cosas....

Ya no malgasto energía intentando ocultar a la Madrastra, con lo que mi capacidad para VER más y mejor se acentúa., se expande...
Y ya no pongo en los demás mis actitudes rechazadas de madrastra, con lo que mi relación con los demás es mejor y más sana, más real.

Después de ser Caperucita Roja y el Lobo, y haber visto que en mi cuento no aparecía el cazador, descubro en mi nuevo cuento que soy Blanca Nieves y La Madrastra.

Las piezas van encajando poco a poco... Y mi puzzle va tomando forma, conciencia. Comprendo mis actitudes. Y a partir de ahí, puedo tomar un nuevo lugar. Una posición distinta y nueva para mi: el centro.  El equilibrio entre mis polaridades.

Blanca Nieves se deja matar, de una forma inocente. La madrastra mata, para ser vista.  Con lo que el punto medio sería: NI MATAR, NI DEJARME MATAR.

Si mi supervivencia consiste en la lucha por el poder, me aferraré a una de estas polaridades, alternando paulatinamente.

Al verlo, y tomar conciencia, puedo tomar otro lugar. Y hoy, soy la misma de ayer, y a la vez soy distinta. Pues sigo siendo yo, desde otro lugar. Con los mismos ojos y con más visión. Con las mismas piezas del puzzle, más ahora puedo ver más piezas que antes.

El camino no es fácil, y sin embargo, qué maravillosa sensación descubrirme, y quitarme el disfraz que un día me puse sin darme cuenta....

jueves, 24 de noviembre de 2011

PRINCESAS Y MADRASTRAS

Cuando somos pequeños, nos cuentan cantidad de cuentos infantiles. Todos llevan un mensaje oculto, que sin darnos cuenta, se nos graba en el inconsciente.
Y cuando somos adultos, al intentar recordar uno de esos cuentos, descubrimos que solo recordamos ciertos fragmentos, o cambiamos el desarrollo, o lo mezclamos con otro cuento.
Resulta que cada uno de nosotr@s hemos tomado las partes del cuento según nuestra forma de ser y nuestra vida.

Hace un año, me puse a escribir el cuento de Caperucita Roja, y al terminar y compararlo con la versión original, descubrí que había cambiado considerablemente la historia.  ¡Qué sorpresa me llevé!  ¿Cómo lo había cambiado tanto?
Pues es que, como os digo, cada uno se queda con su interpretación particular, en función de su persona.

Y nuestra personalidad, creada en función de las cosas que vivimos y experimentamos, siempre tiene un lado positivo y otro negativo. Luz y oscuridad. Virtudes y defectos. Cualidades y manías.

En definitiva: que todos tenemos un príncipe o una princesa y un ogro o una madrastra.

Me cuesta ver mi lado "madrastra", pues me fastidia comprobar que esto es así. A todos nos hace "pupa" descubrir aspectos negativos propios.

Pero lo importante es ACEPTARLO. Porque solo si acepto mi lado negativo, puedo dejar de "taparlo" inconscientemente. Con lo que, dejo de gastar energía en este taponamiento, y puedo emplearla en potenciar mi lado positivo.

Si yo soy Blanca Nieves, soy bella, inocente, dulce, cariñosa y hacendosa. Pero también soy la Madrastra, y soy cruel, insegura, envidiosa, y mentirosa.

Ahora bien, al dame cuenta de esto, y aceptarme, hago un pacto entre mis polos opuestos, y sin juzgarme, procuro potenciar mi lado Princesa, sin intentar luchar contra mi lado Madrastra.

Si quieres descubrir un poco más de ti, escribe el cuento que primero te llegue a la mente, sin pensar en lo que escribes y sin juzgarte. Simplemente intentado recordar el cuento. Y luego lo lees y lo comparas con la versión original. Y después... ¡tu mismo de darás cuenta! Es un trabajo personal y propio, que solo puedes hacer tu sol@.

jueves, 10 de noviembre de 2011

META ANHELADA

En este viaje de la vida, uno va eligiendo destinos a los que desea llegar. Unas veces llega, otras no... A veces nos quedamos en el camino, por pereza, o por miedo a seguir avanzando, o quizás porque en ese punto del camino uno se da cuenta que está muy a gusto, y decide quedarse allí, bien por un rato, bien para siempre.

Hace mucho tiempo que sueño con un destino....


El viaje iba a ser largo, y requería de ciertas paradas para revisar mi auto. Pero no pensé en los riegos, solo veía en mi mente el destino anhelado, y eso superaba la posibilidad de contemplar los peligros. Así que cogí mi coche, le puse gasolina, y arranqué... Y comencé mi viaje con mucha ilusión. Sin miedo. Decidida y tranquila.
Al atisbar el primer cartel de la autopista, mi felicidad fue completa, pues sabía que conducía por el camino correcto. Y seguí avanzando....
Entonces, justo cuando llegaba a la primera estación de revisión de mi auto, percibí un fallo en el motor. Hacía un ruido raro, y no tenía muy buena pinta...   Así que paré enseguida, y avisé a un técnico especialista. La cosa no pintaba bien.... Y mi ilusión fue destruida cuando el técnico me dijo que el coche no podía seguir avanzando. Que tenía que volver a mi casa, repararlo, y entonces podría volver a emprender el viaje.

Me derrumbé... Y volví a casa muy triste. Y después de reparar el coche, no tenía ganas de volver a emprender el viaje. Decidí descansar y dejar pasar el tiempo para olvidar la tristeza y la decepción.

Pasó un año hasta que decidí volver a coger mi auto para llegar al destino anhelado. Así que volví a poner gasolina y repetí el proceso.

Circulaba tranquila, aunque en esta ocasión tenía un poco de miedo.

 La autopista me decía que iba por el camino correcto, y mi coche parecía estar en perfectas condiciones. Aún así, tenía miedo, y quise parar a hacer una revisión.
Lo hacía para quedarme tranquila y poder continuar, pero... resultó que el técnico vio que algo no funcionaba bien!!  Y me aconsejó volver de nuevo a mi casa, y llevar mi coche a otro especialista, para que le hiciera una intervención. Al parecer, mi auto tenía una tuerca de más, y era conveniente quitarla.

Así que volví a mi casa.... Triste y desolada....  ¿Por qué no vieron aquella tuerca la primera vez? Me hubiese ahorrado el segundo disgusto....

Repararon mi coche, y el especialista me dijo que probara de nuevo. Ahora el coche estaba en perfectas condiciones, según él. Y no tenía nada que temer.

Pasó el tiempo, y no sabía qué hacer... Quería llegar a mi destino, pero tenía mucho miedo. Y buscaba otros posibles destinos, de más fácil acceso, o más atractivos, para olvidarme del primero.

Busqué y busqué.... Y no me convencía ninguno. Así que volví a coger mi auto y salí directa a mi meta. Pero tenía tanto miedo, que en el camino, justo antes de coger la utopista correcta, buscaba con la mirada otras posibles salidas que me llevaran a un destino mejor. Un destino divertido, y que no me recordara nunca mi meta anhelada.
Ví tantos, que casi me pierdo en el intento.... Me mareé, hasta caer desmayada, y solo pude levantarme gracias a las manos de mi familia y amigos, que estaban junto a mi, y no me había dado ni cuenta. Entonces comprendí que otros destinos no me quitarían las ganas de llegar al primero, al que realmente deseaba llegar.

Resultó que entre todas las vueltas que había dado, había ido a situarme en la autopista correcta, y mi coche avanzaba solo hacia mi meta deseada. Al principio, me entró el pánico, y  me vi embarcada en el viaje sin querer. Luego, poco a poco, sonreí. Y me armé de valor para olvidar mi miedo, y continuar.

Había pasado ya la primera revisión obligatoria, y mi coche funcionaba bien. Estaba contenta, y mis miedos se iban desvaneciendo...
Entonces, llegué a la segunda revisión, y... mi sueño volvió a desplomarse!! El técnico me dijo que tenía una fuga de aceite. Que  no podía circular en esas condiciones.
Así que volví a llevar el auto al taller, y mientras lo reparaban, no podía dejar de llorar.... Estaba tan triste...

Al llegar a casa, me replanteé la idea de volver a intentarlo. ¿Realmente quería llegar a ese lugar? ¿Merecía la pena?  Si era así, tenía que llevar el coche a un buen taller, y que me aseguraran que la próxima vez no fallaría. Pero ningún mecánico me lo aseguraba. Todos decían que el coche estaba bien. Y que había sido "mala suerte".
Yo no me fiaba.... Y pensé en la posibilidad de coger otro auto, de alquilar uno aunque fuese muy caro. Pero resultó que en mi país no había casas de alquiler de vehículos....
Mi hermana me ofreció su coche, pero me dijeron que estaba prohibido, que en mi país no estaba permitido hacer ese viaje con un auto que no fuera propio.

Así que decidí dejar pasar el tiempo, y descansar....

Y un buen día, me levanté y decidí volver a emprender mi viaje!!   Me llené de positividad y alegría, y aparté mis miedos. "Esta vez sí " me decía a mi misma...     "Pues el auto parece estar bien, la gasolina es de buena calidad, y no tengo por qué temer, solo ha sido mala suerte."


El viaje me lo tomé con mucha tranquilidad, sin forzar el auto. Velocidad controlada, y revisiones periódicas.

Todo iba bien, y ya estaba llegando a la mitad del camino!!  Casi no me lo creía.... Iba a alcanzar mi sueño!!!
Estaba felíz y radiante. Y mis miedos aparcados, fueron desapareciendo...


Entonces, mi coche volvió a fallar!!!!  Otra fuga de aceite......   ¡Qué decepción! ¡Qué dolor! ¡Qué pena! .... De nuevo, mi sueño hecho añicos.....  Y esta vez estaba ya muy lejos de casa......

Volví a llevar el coche al taller. Estaba destrozado.  Así que dediqué un buen tiempo a repararlo y arreglarlo.

Pero ya no quería volver a conducir. Mi "mala suerte" ya me había superado... ¡No podía más!  Y me negué la ilusión de volver a emprender el viaje.

Estudié otras alternativas para poder llegar a mi destino sin tener que conducir mi auto. Y compré un billete de autobús que me llevaba al mismo lugar. Solo iba a perderme el viaje en auto, que aunque es algo bonito, mi experiencia no lo corrobora así.

Así que aquí estoy hoy con mi billete, dispuesta a coger el autobús. Lo malo es que el autobús no pasa todos los días, y he de esperar su llegada. Pero tarde o temprano llegará.  Y me llevará en un abrir y cerrar de ojos a mi anhelada meta.

A veces, se me hace larga esta espera...   Tanto, que incluso me planteo volver a coger mi auto...  Pues en todo este tiempo de espera, me he dedicado a mejorarlo. Ha estado en el taller periódicamente, lo he lavado, pintado, puesto nuevas luces, y unas mejores ruedas. No es perfecto, pero es como si fuera otro coche, pues ha cambiado. Tiene más capacidad para soportar largos viajes, y un mayor alcance de visión. Sus frenos están perfectos. Y aquella tuerca de más ya no está. Tiene todo lo necesario para emprender el viaje.  Solo me falta un cosa: aventurarme sin pensar demasiado.

Quizás haya un día en que me lance a la aventura, y emprenda de nuevo mi viaje.... O quizás nunca lo haga...

 Pero haga lo que haga, yo tengo mi billete de autobús. Y eso me da tranquilidad. Porque de una forma u otra, se que voy a llegar mi meta anhelada.....

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