sábado, 5 de marzo de 2011

TUS GESTOS

Cuando hablamos, y expresamos nuestros sentimientos, intentamos "mostrar" a nuestro interlocutor lo que llevamos dentro. Pero lo que llevamos dentro difícilmente se muestra con claridad a través de las palabras, que son creadas por nuestra mente.

Cuando estas "pensado" cómo decir algo, estás distorsionando la esencia de tu interior, ya no habla tu alma ni tu corazón, si no tu mente.

Lo que siempre nos habla con claridad, sin distorsión alguna, es nuestro cuerpo. Él no se para a "pensar", y se mueve desde la inconsciencia. Muestra lo que llevamos dentro y que nos cuesta tanto identificar y expresar con palabras.

No digo que las palabras no nos cuenten la verdad, ¡benditas palabras cuando salen desde tu inspiración! Evidentemente, hay muchos momentos, en los que siendo capaz de darte cuenta de tu interior, y en plena conexión con tu alma, uno es capaz de expresar con claridad. Lo vemos en la poesía, por ejemplo.

Pero yo estoy hablando de otra cosa. En tu día a día, en lo cotidiano. Cuando te encuentras con un amigo y te pregunta cómo estás. En ese momento, en los que en segundos, fabricas con la mente las palabras que identifiquen cómo estás.

Ahí es cuando tu cuerpo va a expresar mejor que tus palabras, cómo estás en realidad.

Comienza a fijarte en cuando hablan los demás. Te darás cuenta, que a veces, una persona dice una cosa por la boca, y su cuerpo, sus gestos, muestran lo contrario.
Una vez vi a una persona, que afirmaba verse bella y divina, y mientras lo decía, su cabeza giraba de izquierda a derecha, como negando. Y eso significó que en lo más hondo de su interior no lograba verse bella, por más que en su mente, se convencía a sí misma, para creer que sí se sentía divina.

El otro día, sin ir más lejos, yo misma, me di cuenta de un gesto propio. Tenía un problema sin resolver, y no lograba entenderlo. No veía la solución. Y mientras hablaba con una amiga, le decía: "pues es que no lo entiendo, no veo el camino" Y mientras decía eso, me tapé los ojos con las manos.  Entonces, mi buena amiga y maestra, me dijo  "¿te diste cuenta de tu gesto? ¿No lo ves?"
Y entonces descubrí que ¡¡soy yo la que  me tapo los ojos para no ver la solución del problema!! En lo más interior de mi ser, no deseo encontrar la solución. 

 Es importante, que escuches a tu cuerpo, pues sabe más  que tu mism@ y tu mente.



Comienza por los demás, y después por tus propios gestos. Que te contarán verdades como puños. Su interpretación, es muy fácil. Simplemente, los ves, y lo sabes. Sin pensar. Te viene en seguida, como un aroma, un viento, una chispa, una sensación...

Sin agobiarte, y poco a poco.  Pues como todo en la vida, lleva su tiempo ser capaz de VER lo que hasta ahora no hemos visto.

Os pongo aquí un enlace de una página que habla del leguaje corporal, para los que esteis interesados en aprender más de este tema:

http://micromovimiento.com

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