lunes, 1 de septiembre de 2014

TRANSFORMACION El comienzo

Cuando comienzas a tomar conciencia de ti mismo, y te das cuenta de aspectos "oscuros" propios... cuesta mucho aceptarlos! Y no sólo eso... Cuesta mucho trabajarlos.
Trabajarlos en el sentido de sacar provecho de esa toma de conciencia en beneficio propio.

Cuando comencé a darme cuenta de ciertas actitudes que no me gustaban, lo primero que intenté fue eliminar éstas por completo. Pero en seguida comprendí que no se trata de eliminar, si no de integrar.
Pues cuanto más luche contra algo, más se manifestará este algo.

En los últimos meses, mi vida interior está en plena ebullición. Estoy en un contínuo proceso, en el que cada día, siento nuevas cosas y veo más.  Es un período de transformación. Y estoy como un capullo de mariposa. Muriendo y renaciendo. Deshaciendome dentro de mi crisálida. Enredada, revuelta, estrujada, vomitada, rota, deshecha, caída, saturada, .... como un pingajo, ....

Aceptar e integrar que el nivel de autoexigencia que me he puesto toda mi vida es aniquilante, hasta el punto de no amarme, y no permitirme vivir, ... es muy duro.  Y a la vez es liberador.
Liberdor conmigo misma, y para con los demás.

Tan solo siendo capaz de tomar conciencia de mis propias actitudes para con los demás, puedo entender y darme cuenta de que todo lo que hago hacia el otro, es lo que me hago a mi misma.  Si al otro no lo dejo ser, y juzgo sus actos, es porque yo soy mi peor juez.
Permitir al otro ser, me da alas para ser.

Comprenderlo es el primer paso.

Liberarme de este juez interior y lograr amarme y amar al otro, es el siguiente.

Soltar el vinculo con mi juez no es tarea fácil. Es algo que se logra poco a poco. Comenzando con pequeños detalles.
Soltar el control de las cosas tampoco es fácil. Intentar dejarse llevar. Y fluir con la vida....
Soltar lo que me obliga a no ser como soy, sin miedo a "no ser aceptada" por ello, y mostrar mis emociones tal cual las siento, compartiendo con el otro. Esto, ayuda a integrar toda transformación.

Y así, soltando, muriendo cada día un poco, .... renazco con nuevos ojos limpios de jueces, miedos, y composturas.
Y así, ....dentro mi crisálida, cual gusano enroscado, me sumerjo en mi transformación, dura y pesada, llorada y agotada, ... , y cada día más libre, liviana, sabia y bella.


Vistas de página en total