lunes, 17 de septiembre de 2012

DOLOR AJENO O PROPIO?

Tengo una amiga que acaba de pasar por una situación difícil.

Cuando somos familia o amigos de alguien que está atravesando un duro momento, tendemos a sentir IMPOTENCIA, pues nuestro ego nos dice "tengo que salvarlo!"
Pero no podemos hacer NADA para evitarles el dolor. Tienen que vivirlo y pasar por esas fases del duelo. Han de ser ellos, y no nosotros los que experimenten esa situación dolorosa.

Los que estamos fuera, los amigos y familiares, solo podemos hacer una cosa: ACOMPAÑARLES en su dolor. Estar a su lado, sin ni siquiera apenas hablar nada.

Tenemos que apartar esa necesidad nuestra de SALVAR al otro de su llanto, de su rabia, de su dolor... Pues en esa necesidad de salvar al otro, está implícita nuestra necesidad de salvarnos a nosotros mismos.

Si yo no puedo soportar verte llorar, es porque yo no soporto llorar.
Si me duele el alma cuando le riñen a un niño, es porque yo, en lo más profundo de mi ser, guardo una gran tristeza proveniente de un recuerdo de mi infancia, que me hace tambalear y no estar en mi sitio aquí y ahora.  Pues hoy, no tiene sentido ese dolor en mi, ya que la situación que me generó tal tristeza ya pasó. Y hoy no soy aquella niña temerosa.

Lo que nos ocurre, es que por lo general, no somos consciente de esto. Y sufrimos cuando el otro sufre desde un lugar que no nos corresponde.

Si no te dejo llorar, no te estoy acompañando. Estoy evitando mi sufrimiento por verte llorar.

Tenemos que darnos cuenta de qué hacemos ante estas situaciones. Para poder acompañar sin pretender aliviar al otro. Para darle su espacio, sin egoísmo. Para dejar que pase por ello, sin sentirme culpable por no intentar aliviarle.

Solo cuando seas consciente de esto: todo lo que le pasa al otro, es por su bien, para que aprenda "algo" que solo le corresponde a él vivirlo. Podrás acompañarlo desde tu sitio, sin entrar en su movimiento, en su dolor, que siempre lleva algo del tuyo.

A parte de nuestra intención de sanar al otro, está nuestro JUICIO. Ése que se empeña en justificar, criticar y comparar la actitud del otro. Las típicas frases de: "yo no habría hecho eso....."  o, "yo lo hubiese hecho así o asá.."
Si juzgamos al otro, es porque nosotros mismos nos estamos juzgando continuamente.

No podemos compararnos nunca con nadie, ya que cada persona es única y especial. Si tu hubieses nacido el mismo día que yo, en mi ciudad, con mi familia, y hubieras vivido todo lo que yo he vivido, ..... Ante cierta situación concreta hubieses actuado exactamente IGUAL que yo!!   Pues.... tu,  serías yo!!
Y pensarías y sentirías las emociones y cada situacíón vivida de la misma manera que la siento yo.

Así que ya sabes. Cuando tengas al lado una persona que está pasándolo mal, no intentes aliviarlo. Por eso no serás mala persona, al contrario, serás mejor. Pues le estarás dando su espacio.
Tan solo ACOMPÁÑALA. Una mirada, un gesto, una mano en su mano, .... es lo mejor que puedes hacer ella.
Dejarla que se desahogue y se exprese.

Y sobretodo NO la juzgues. Pues si tu fueses esa persona, habrías hecho exactamente lo mismo que ella y estarías viviendo lo mismo que está padeciendo.

Para mi amiga: "Sabes que estoy aquí para lo que necesites. Te quiero Dory"

Vistas de página en total