Entonces, encontraron una granja en la que vivía una familia muy pobre, la cual les brindó pasar allí la noche.
Esta familia, solo disponía de una vaca. Con la que se abastecían. Era su único sustento de vida.
Cenaron con los pocos alimentos que tenía aquella familia. Y les ofrecieron las mejores camas.
A la mañana siguiente, al levantarse todos, descubrieron que la vaca estaba muerta. ¡Qué horrible desgracia! Aquella familia no tenía nada más para sobrevivir!! Sin la vaca morirían de hambre todos....
El discípulo le pidió al maestro que les ayudara. Que lo había visto hacer muchas cosas por otras personas no tan buenas, y que éstas lo merecían más que nadie.

Según caminaban a su destino, el discípulo no lograba entender a su maestro. Y una y otra vez le repetía lo mismo. "No entiendo por qué no les has ayudado...."
El maestro ya cansado de escuchar a su discípulo le contesto: "Sabes cómo murió la vaca? La maté yo"
Y el discípulo no lograba articular palabra... ¿Cómo podía haberles hecho eso tan cruel su maestro? No lo podía entender... Y se enfadó mucho, y también se puso muy triste...

El discípulo no podía creer lo que estaba viendo. Y le preguntó al padre de familia cómo habían logrado tener todo aquello.
Entonces, el buen hombre le contó que después de morir la vaca, tuvieron que ingeniárselas para sobrevivir. Y que a raíz de ello, descubrieron que se les daba muy bien hacer otras cosas aparte de mantener una vaca.
Entonces el discípulo comprendió a su maestro. "Lo hiciste para ayudarles. Gracias sabio maestro"

Un gran cambio a tu favor, solo puede llegar después de atravesar la dureza de caer.
Solo ante las vicisitudes de la vida, logramos superarnos. Resiliencia, así se llama.
Si muere tu vaca, no decaigas. Seguro encontrarás nuevas formas de sostenerte y avanzarás con más fuerza y seguridad hacia tu plenitud.
me encanto :)
ResponderEliminarEsta mal asi no es el principio
ResponderEliminar