Hoy voy a hablaros mi última experiencia en el proceso de mi crecimiento personal. Os voy a contar lo que viví, cómo me hundí, qué sentimientos tuve, y cómo me levanté.
Para que comprendáis mejor, todo mi proceso, escribirá para este blog mi buena amiga y maestra Mª Carmen Nasarre, la persona que me pone el "candil" de luz para guiarme y ayudarme a VER lo que a mi sola me cuesta.
Y lo primero que voy a hacer es darle las GRACIAS por toda su ayuda, y por compartir en este blog su sabiduría. ¡Te quiero MªCarmen!
Mi proceso:

El otro día, repetí esta secuencia. Y cuando me hundí, me sentí "desesperada", "perdida", y triste. Entonces me puse a CONTAR mi PENA a los demás. Convirtiéndome en víctima necesitada de un salvador. Buscando la atencíón de cuantos me rodean. Esperaba que me dijeran, hicieran, "algo" para sacarme de mi situación. Que me levantaran y me ayudaran a sostenerme.
Me veía.... Y a la vez, me negaba!! Todo eran "justificaciones" sin base sólida.
Me sentía SOLA, ABANDONADA, y además me CULPABA de mi actitud infantil. Tenía una mezcla entre mi ego y su empeño en convencerme de que no actuaba mal, sintiendo que los demás no me querían, y mi darme cuenta de mi "mecanismo" de víctima, que me hacía sentir el enfado.
Entonces, me dejé estar. Y esperé.... Y todo ese tiempo lo pasé "luchando" entre esas dos caras: ego y consciencia. Fue un mal trago.
Ahora puedo VER más y mejor que antes. He crecido un poquito más, y todo esto me ha servido para conocer más mi ego y su mecanismo. Que no quiere decir que ya no vuelva a caer, eso es muy difícil, pero por lo menos, cada vez que caigo y me levanto, soy más fuerte y más consciente.
Os dejo con las palabras de Mª Carmen Nasarre, un "candil de luz" para todos los que están cerca de ella.
Palabras de Mª Carmen Nasarre
Cuando me nombras como maestra, gran vestidura me pones, mi talla es mucho mas pequeña, aprendiz de ser humano, participe del recorrido de la vida, si esa soy yo.
Dice un proverbio chino"si te caes siete veces, levántate ocho", la vida en su recorrido nos enfrenta a situaciones de todo tipo, en esos momentos sobre todo los dificiles, es cuando más atentos debemos estar, pues es de éstos de los que más podemos aprender. Nos enseñan dónde esta nuestra debilidad, para verla y aceptarla y al hacerlo nos volvemos mas libres por dentro, pues recuperamos lo que nos dejamos fuera, ampliando nuestra consciencia de nosostros mismos.
Así toda la fuerza que empleamos, en negar lo propio, en rechazar lo que no nos gusta del ajeno, vuelve a nosotros como energía disponible para dar luz a nuestro propio ser en completud.
Así toda la fuerza que empleamos, en negar lo propio, en rechazar lo que no nos gusta del ajeno, vuelve a nosotros como energía disponible para dar luz a nuestro propio ser en completud.

Me gustaría terminar con una gran enseñanza de Confucio: "Las cuatro estaciones se trasnforman, cambian y pueden repetirse hasta el infinito; el sabio persiste indefinidamente en la vía moral y en el universo, al trasformarse, se perfecciona. obsevando lo que es estable y fijo, puede apreciarse la verdadera naturaleza del cielo, de la tierra y de todos los seres vivos". Gracias y un saludo.
Te he adjuntado un pequeño relato sufí, ideal para los momentos de "noche oscura del alma" (Ver la columna)