
Al ver cómo los demás vivían y sentían distinto a mi, pude comprender que cada uno siente según su "imagen interna" y no según "las imágenes externas" que ocurran.
Cada uno, en su ser interior, distorsiona sin querer los acontecimientos de su vida, transformándolos según su capacidad de percepción. Es por eso, que ante un mismo suceso, personas distintas, lo viven de forma distinta.

En nuestro taller, aprendemos a DARNOS CUENTA, a VERNOS, y a VER MÁS, y aunque como ya expliqué un día, hay veces que tenemos que sufrir la gripe del crecimiento, el resultado, el beneficio, es tan gratificante, que compensa cualquier cuesta que haya que subir.
También quiero agradecer a mi familia, su apoyo y comprensión. Que aun siendo distintos, seamos capaces de compartir esta vida, con sus golpes y sus baches, con sus alegrías y bondades. Por su paciencia conmigo, y su amor.

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