jueves, 2 de diciembre de 2010

RESPONSABILIZARTE DE LO TUYO

Existe una cosa preciosa llamada EMPATÍA.  Cuando una persona tiene empatía, se pone en la piel del otro, sintiendo sus emociones, y comprendiendo a esta persona perfectamente.
Es maravilloso, porque al tener empatia, puedes entender a las personas con las que te relacionas. Y al final, la comunicación es mucho más fluida, sincera y positiva.
Si tienes empatía, cuando otra persona te cuente cómo se encuentra, te calzaras sus zapatos, y experimentarás su tristeza, duda, miedo, alegría, enamoramiento, ... Emociones negativas y positivas. Con lo que al entenderla tan perfectamente, vuestra comunicación y conexión, será "perfecta".

Pues bien, aun siendo la empatía algo maravilloso, tenemos que ser capaces de sentirla de una forma ALEJADA. Quiero decir, no hagamos nuestras esas emociones que son de otro.
Hay personas, que sienten tanta empatía, que llegan a confundir inconscientemente lo que es suyo con lo que no lo es.

Recuerdo que yo misma, he sufrido esta "confusión". A veces llegaba a casa, de buen humor, y me encontraba a mi pareja enfadada por algo que le había sucedido. Entonces, conectaba tanto con esa emoción de enfado, que llegaba a hacerla mía. Y al final, hasta había veces, que entre nosotros terminábamos discutiendo.
Cuando ocurre esto, y consigues DARTE CUENTA, que esa emoción NO ES TUYA, aunque la sientas profundamente, ves a la otra persona "desde fuera", sin entrar ni dejar entrar, dando un paso hacia atrás, y observando. De esta forma, puedes seguir siendo tu mism@, con "tus" emociones, viendo las cosas como son, lo que es "real", y así puedes ayudar mejor a la otra persona. La dejas sola con su emoción, sin entrar en "su mundo", la dejas verse a sí misma, y termina dándose cuenta de lo que es solo suyo.

También ocurre a la inversa. Cuando somos nosotros los que sacamos fuera nuestras emociones y "problemas" hacia los demás. Hay personas que "esperamos" que desde fuera se nos de la "solución divina" ante una duda o problema. De esta forma, lo que hacemos es no responsabilizarnos de nuestras decisiones.Así, si algo sale mal, no nos sentiremos culpables, porque al fin y al cabo, me dijeron que debía hacer esto, o lo otro, .....  Es una posición cómoda e infantil, que se hace de forma inconsciente.

Cuando empecé a darme cuenta de que yo misma hacía esto, comencé a RESPONSABILIZARME de mis elecciones, poniendo toda mi consciencia en ellas. Era capaz de ver las situaciones de una forma tranquila, y podía tomar una decisión yo sola, con mucha más facilidad.


En definitiva: aprende a distinguir lo que es tuyo y lo que no, y sé responsable solo de lo que es tuyo, tomando plena consciencia.. 

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