Mi expectativa de ser madre se cultivó durante muchos años, y ya en mi infancia veía ese futuro maravilloso para mi. Aunque he de confesar, que en el fondo, siempre tuve miedo a ser madre.
Supongo que es normal, esa sensación de incertidumbre, y preguntarse ¿Lo haré bien?

No creía que ese pensamiento fuera a convertirse en realidad algún día: y ahora es MI REALIDAD.
Me encuentro en proceso de adopción, y tengo mucha ilusión por recibir esa llamada que me diga que ya tengo a mi hij@. Y ver su carita. Y viajar en su búsqueda y traerlo a mi lado. Y darle todo lo que necesite, y compartir nuestras vidas junt@s. Afrontando toda la dureza que es para un niño ser abandonado, y tratando de ser capaz de entender sus sentimientos y aportarle algo de luz en su corazón.

Ahora soy capaz de disfrutar de otros bebés que no son míos, puedo alegrarme de verdad cuando veo a una mujer embarazada, y aunque siempre tendré una herida en mi corazón, ahora, ya no sangra. Está curada y cerrada. Y de vez en cuando, como todas las cicatrices, se resiente un poco.
Aunque existen diferencias en los procesos, creo que el ser madre/padre no implica que tu hij@ lleve tus genes. Entiendo por padres aquellos que comparten su vida contigo, y siempre están ahí. Sin ninguna duda, también son padres aquellos que te engendran, ya que sin ellos, uno no nacería. Y por eso creo que no hay que menospreciarlos nunca.

En otras palabras: que sin riesgo, no hay ganancia.
Te leo, me gusta mucho como escribes, aunque no comento... Hoy me he decidido a hacerlo!
ResponderEliminarBonitas palabras...ojalá esa llamada llegue pronto, muy pronto!!
Hoy con estas palabras,he vuelto ha llorar y ya verás como tus sueños un día se harán realidad. un besazo chorrin.
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